domingo, 12 de marzo de 2017

Mensaje por la Clausura de los 800 años de la Orden Dominicana


“Dad gracias al Señor porque es bueno,
 porque es eterna su misericordia “
Sal 135.


Fray Armando Villalta
Prior Vicerprovincial de la Viceprovincia “Santa Catalina de Siena”

Fray Diego Jacho
Prior del Convento “Santo Tomás de Aquino”

Fray Luis Galindo
Maestro de Estudiantes

Queridos Frailes:

Las Hermanas Dominicas de la Inmaculada Concepción de la “Provincia Santo Domingo de Guzmán” con inmensa gratitud  hacen un alto en el calendario de su vida para expresarles  nuestro cariñoso y fraterno saludo por estar celebrando la clausura del año Jubilar por los 800 años de presencia de la Orden en la Iglesia.
Damos gracias a Dios  por la historia, vida y misión dominicana de 8 siglos, que reverentes nos inclinamos ante Dios para decirle gracias por el caudal de bondad,  ternura y misericordia que  ha manifestado desde el momento fundacional, en el que Santo Domingo envió a nuestros primeros hermanos fuera de su casa, de su familia, de su nación… para que descubrieran el gozo y la libertad de la itinerancia. Como dice el Capítulo de Togir.
Como Dominicas de la Inmaculada  Concepción, que caminamos por las mismas huellas de Santo Domingo, que saboreamos del mismo pan de la predicación, que nos dejamos iluminar  de la misma luz y calor de la Palabra divina, que nos cobija una misma atmósfera sagrada de la Vida fraterna, de la oración, el estudio y la predicación; aprovechamos de este momento para decirles gracias en todo el sentido de la palabra por todo el bien que  hemos recibido de nuestros hermanos a lo largo de los 150 años de vida de nuestra amada Congregación, especialmente desde cuando el P. Jacinto María Cormie nos afiliara a la Orden desde el año de 1884.
Estamos aquí como hermanos, en torno a la misión específica de la Iglesia: «anunciar la misericordia de Dios, corazón palpitante del Evangelio, que por su medio debe alcanzar la mente y el corazón de toda persona» lo manifestaba Fray Bruno Cadoré en su mensaje inaugural del Jubileo. Queremos decirles en esta misión cuenten con nosotras sus hermanas que en esta  celebración del octingentésimo aniversario nos comprometemos más que nunca a orar por ustedes, a comulgar proyectos comunes, a estar presentes en la trama del  tejido dominicano en nuestra tierra ecuatoriana y sobre todo anhelamos vivir en fidelidad creativa para alimentar la luz de la antorcha dominicana que continúe flameante y viva más que nunca  por mucho siglos, brindando destellos de luz en todos los ámbitos de  la Iglesia.
Queridos Hermanos, para concluir mi saludo en esta fecha especial, evoco la maternal presencia de María Inmaculada, la pasión predicadora de Santo Domingo, el sentir misericordioso de Madre Hedwige, nuestra fundadora, para decirles Gracias por haber aceptado esta pequeña invitación, gracias por lo que son y representan en nuestra vida de la Provincia, no tengo más palabras, sino invitarles a que dejemos resonar en el relicario de nuestra mente y corazón por siempre para nuestra misión en y para la Iglesia las palabras del Papa Francisco en la Homilía de la Misa de clausura del Jubileo de la Orden: “rendimos gloria al Padre por la obra que santo Domingo, lleno de la luz y de la sal de Cristo, ha cumplido hace ochocientos años; una obra al servicio del Evangelio, predicado con la palabra y con la vida; una obra que, con la gracia del Espíritu Santo, ha hecho que tantos hombres y mujeres hayan sido ayudados a no dispersarse en medio del ‘carnaval’ de la curiosidad mundana; pero que en cambio hayan sentido el gusto de la sana doctrina, el gusto del Evangelio y se hayan vuelto a su vez luz y sal, artesanos de las obras buenas… y verdaderos hermanos y hermanas que glorifican al Dios y enseñan a glorificar a Dios con las buenas obras de la vida”.
GRACIAS Y BENDICIONES ETERNAS.
Quito, 6 de marzo de 2017


Sor. Yolanda Caraguay Pinta
Priora Provincial