“Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es
eterna su misericordia “
Sal 135.
Fray Armando
Villalta
Prior
Vicerprovincial de la Viceprovincia “Santa Catalina de Siena”
Fray Diego
Jacho
Prior del
Convento “Santo Tomás de Aquino”
Fray Luis
Galindo
Maestro de
Estudiantes
Queridos
Frailes:
Las Hermanas Dominicas de la
Inmaculada Concepción de la “Provincia Santo Domingo de Guzmán” con inmensa
gratitud hacen un alto en el calendario
de su vida para expresarles nuestro
cariñoso y fraterno saludo por estar celebrando la clausura del año Jubilar por
los 800 años de presencia de la Orden en la Iglesia.
Damos gracias a Dios
por la historia, vida y misión dominicana de 8 siglos, que reverentes
nos inclinamos ante Dios para decirle gracias por el caudal de bondad, ternura y misericordia que ha manifestado desde el momento fundacional,
en el que Santo Domingo envió a nuestros primeros hermanos fuera de su casa, de
su familia, de su nación… para que descubrieran el gozo y la libertad de la
itinerancia. Como dice el Capítulo de Togir.
Como Dominicas
de la Inmaculada Concepción, que
caminamos por las mismas huellas de Santo Domingo, que saboreamos del mismo pan
de la predicación, que nos dejamos iluminar
de la misma luz y calor de la Palabra divina, que nos cobija una misma
atmósfera sagrada de la Vida fraterna, de la oración, el estudio y la
predicación; aprovechamos de este momento para decirles gracias en todo el
sentido de la palabra por todo el bien que
hemos recibido de nuestros hermanos a lo largo de los 150 años de vida
de nuestra amada Congregación, especialmente desde cuando el P. Jacinto María
Cormie nos afiliara a la Orden desde el año de 1884.
Estamos
aquí como hermanos, en torno a la misión específica de la Iglesia: «anunciar la
misericordia de Dios, corazón palpitante del Evangelio, que por su medio debe
alcanzar la mente y el corazón de toda persona» lo manifestaba Fray Bruno
Cadoré en su mensaje inaugural del Jubileo. Queremos decirles en esta misión
cuenten con nosotras sus hermanas que en esta
celebración del octingentésimo aniversario nos comprometemos más que
nunca a orar por ustedes, a comulgar proyectos comunes, a estar presentes en la
trama del tejido dominicano en nuestra
tierra ecuatoriana y sobre todo anhelamos vivir en fidelidad creativa para
alimentar la luz de la antorcha dominicana que continúe flameante y viva más
que nunca por mucho siglos, brindando
destellos de luz en todos los ámbitos de
la Iglesia.
Queridos
Hermanos, para concluir mi saludo en esta fecha especial, evoco la maternal
presencia de María Inmaculada, la pasión predicadora de Santo Domingo, el
sentir misericordioso de Madre Hedwige, nuestra fundadora, para decirles
Gracias por haber aceptado esta pequeña invitación, gracias por lo que son y
representan en nuestra vida de la Provincia, no tengo más palabras, sino
invitarles a que dejemos resonar en el relicario de nuestra mente y corazón por
siempre para nuestra misión en y para la Iglesia las palabras del Papa
Francisco en la Homilía de la Misa de clausura del Jubileo de la Orden: “rendimos gloria al Padre por la obra que santo Domingo, lleno de la
luz y de la sal de Cristo, ha cumplido hace ochocientos años; una obra al
servicio del Evangelio, predicado con la palabra y con la vida; una obra que,
con la gracia del Espíritu Santo, ha hecho que tantos hombres y mujeres hayan
sido ayudados a no dispersarse en medio del ‘carnaval’ de la curiosidad
mundana; pero que en cambio hayan sentido el gusto de la sana doctrina, el
gusto del Evangelio y se hayan vuelto a su vez luz y sal, artesanos de las
obras buenas… y verdaderos hermanos y hermanas que glorifican al Dios y enseñan
a glorificar a Dios con las buenas obras de la vida”.
GRACIAS
Y BENDICIONES ETERNAS.
Quito, 6 de marzo de 2017
Sor. Yolanda Caraguay Pinta
Priora Provincial