“Hay un no sé qué de una como frescura interior que baña el alma, una frescura inmaculada que pone tersuras de pétalo recién abierto, en el haz de hojas secas de los huertos interiores y un fulgor de sol en nieves de cimas que palpitan en todas las sombras del espíritu…
Surge un camino de alas blancas, que asciende, cual temblor de latidos desde el corazón de Dios. La vida toda tiene un sentido de capullo, una dulzura de sonrisa, un destino de ala blanca…
Una como necesidad de entrar en el propio corazón, donde se siente una ansiedad de ascensión, una vocación de altura, azul de cielos y claro de luna”
(M. Coello Noritz, Cuenca, 1948).
La Unidad Educativa Particular “Rosa de Jesús Cordero” inició en octubre de 1890 en Cuenca del Ecuador. Ciudad paradisíaca, surcada por 4 ríos que, con su cantar, no solo han bordado de trinos la historia de esta urbe, sino también, alegraron los corazones de las Madres Dominicas fundadoras: Dominga Font, Jacinta Rocher, Filomena Picard, Josefa Pradel y Sor María Eloisa Roc que partieron desde Francia y atravesaron alegremente los mares para abrazar su misión con dulce mística y entrega heroica, haciendo del coraje del futuro de Domingo de Guzmán su pan de cada día y su visión de horizonte.
Esta siembra fecunda empezó con la escuela primaria “Santísimo Rosario” y fue la segunda obra iniciada por las Hermanas Dominicas de la Inmaculada Concepción en el Ecuador.
Las primeras destinatarias, plenas de sueños e ilusiones, eran las niñas de la ciudad. Comenzó como escuela primaria que iba hasta octavo grado; pocos años después, abrió los brazos también a la primera infancia, creando el “Asilo de los Ángeles”.
Y luego, en respuesta a las exigencias de la época y ante el éxito obtenido con la escuela, se creó en 1940 la Sección de Comercio, con una extensión de 4 años a la oferta formativa inicial. Posteriormente, en el año 1942 ante la reiterada petición de la ciudadanía de dotar a la juventud femenina cuencana de un Colegio de Enseñanza Media de carácter oficial, se incorporó la Educación Secundaria y se fundó el Colegio Rosa de Jesús Cordero, que constituyó el primer Centro femenino de educación media (Humanidades Modernas) en la ciudad de Cuenca.
El nombre de esta maravillosa Institución perpetúa la memoria de una ilustre educadora de la Comunidad Dominicana, Sor Rosa de Jesús Cordero Dávila, mujer de espíritu elevado, de fino talento, de vida santa, a cuya generosidad y desprendimiento se debe, inclusive, la adquisición de buena parte del local donde hasta hace poco funcionaba el colegio[1].
El Colegio de las Catalinas, como cariñosamente se llama a esta unidad educativa, es un semillero de LUZ. Ha construido en su historia, un paisaje colorido desde donde miles de aves de doradas alas han surcado el cielo, dejando estelas luminosas con sus vuelos.
Hoy, la Congregación de Hermanas Dominicas festeja con el corazón alborozado la celebración de los 125 años de fundación de la Unidad Educativa “Rosa de Jesús Cordero”. Esta obra, entre cuyas características se destaca el altísimo nivel de excelencia de su oferta educativa, es un jardín de belleza inigualable, donde ha germinado una multitud infinita de semillas fecundas.
Bajo la sombra protectora de Santo Domingo de Guzmán, María Inmaculada y al amparo y cuidado de las religiosas dominicanas, se ha bordado cariñosamente, una huella inefable en los corazones de los miles de niñas y jóvenes que, en sus aulas y sus patios, aprendieron el abecedario, la ciencia, las artes, los valores cristianos y entonaron con el coro de sus dulces voces himnos y cánticos, escribieron poemas, desarrollaron ensayos académicos y aprendieron a vivir con alegría el Evangelio.
Hoy tenemos grandes motivos para celebrar. Y con el corazón henchido de gratitud ante el Buen Dios, festejamos los 125 años de esta fecunda simiente que ha sembrado conocimiento, valores y fe.
¡Felicidades a esta amada obra de la Congregación Dominicana en el Ecuador, por esta historia de 125 año al servicio de la educación de la niñez y juventud cuencana!
¡GRACIAS, Unidad Educativa “Rosa de Jesús Cordero”, por ser semillero de Luz, Fe y Ciencia!
¡GRACIAS, por ser fuente de agua cristalina y tierra fértil donde las religiosas dominicanas han podido sembrar con entrega y cariño, haciendo de la nobilísima labor docente una hermosa ocasión para sembrar el fermento del Evangelio y portar la LUZ de Domingo de Guzmán!!
Hna. Yolanda Caraguay Pinta
Priora Provincial.
Esta siembra fecunda empezó con la escuela primaria “Santísimo Rosario” y fue la segunda obra iniciada por las Hermanas Dominicas de la Inmaculada Concepción en el Ecuador.
Las primeras destinatarias, plenas de sueños e ilusiones, eran las niñas de la ciudad. Comenzó como escuela primaria que iba hasta octavo grado; pocos años después, abrió los brazos también a la primera infancia, creando el “Asilo de los Ángeles”.
Y luego, en respuesta a las exigencias de la época y ante el éxito obtenido con la escuela, se creó en 1940 la Sección de Comercio, con una extensión de 4 años a la oferta formativa inicial. Posteriormente, en el año 1942 ante la reiterada petición de la ciudadanía de dotar a la juventud femenina cuencana de un Colegio de Enseñanza Media de carácter oficial, se incorporó la Educación Secundaria y se fundó el Colegio Rosa de Jesús Cordero, que constituyó el primer Centro femenino de educación media (Humanidades Modernas) en la ciudad de Cuenca.
El nombre de esta maravillosa Institución perpetúa la memoria de una ilustre educadora de la Comunidad Dominicana, Sor Rosa de Jesús Cordero Dávila, mujer de espíritu elevado, de fino talento, de vida santa, a cuya generosidad y desprendimiento se debe, inclusive, la adquisición de buena parte del local donde hasta hace poco funcionaba el colegio[1].
El Colegio de las Catalinas, como cariñosamente se llama a esta unidad educativa, es un semillero de LUZ. Ha construido en su historia, un paisaje colorido desde donde miles de aves de doradas alas han surcado el cielo, dejando estelas luminosas con sus vuelos.
Hoy, la Congregación de Hermanas Dominicas festeja con el corazón alborozado la celebración de los 125 años de fundación de la Unidad Educativa “Rosa de Jesús Cordero”. Esta obra, entre cuyas características se destaca el altísimo nivel de excelencia de su oferta educativa, es un jardín de belleza inigualable, donde ha germinado una multitud infinita de semillas fecundas.
Bajo la sombra protectora de Santo Domingo de Guzmán, María Inmaculada y al amparo y cuidado de las religiosas dominicanas, se ha bordado cariñosamente, una huella inefable en los corazones de los miles de niñas y jóvenes que, en sus aulas y sus patios, aprendieron el abecedario, la ciencia, las artes, los valores cristianos y entonaron con el coro de sus dulces voces himnos y cánticos, escribieron poemas, desarrollaron ensayos académicos y aprendieron a vivir con alegría el Evangelio.
Hoy tenemos grandes motivos para celebrar. Y con el corazón henchido de gratitud ante el Buen Dios, festejamos los 125 años de esta fecunda simiente que ha sembrado conocimiento, valores y fe.
¡Felicidades a esta amada obra de la Congregación Dominicana en el Ecuador, por esta historia de 125 año al servicio de la educación de la niñez y juventud cuencana!
¡GRACIAS, Unidad Educativa “Rosa de Jesús Cordero”, por ser semillero de Luz, Fe y Ciencia!
¡GRACIAS, por ser fuente de agua cristalina y tierra fértil donde las religiosas dominicanas han podido sembrar con entrega y cariño, haciendo de la nobilísima labor docente una hermosa ocasión para sembrar el fermento del Evangelio y portar la LUZ de Domingo de Guzmán!!
Hna. Yolanda Caraguay Pinta
Priora Provincial.
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